sábado, 7 de marzo de 2015

SER MUJER, DESDE LOS OJOS DE UNA FEMINISTA


Cada murmullo de desprecio que escucho, cada gesto de desaprobación, cada intento de desacreditación por lo que hago, cada pasividad de los demás hacia lo que tanto tiempo me llevó elaborar, cada desaire y duda por los conocimientos que poseo o que puedo llegar a adquirir, cada ingratitud por lo que la cultura me ha marcado como una obligación, cada creencia estúpida de incapacidad por pertenecer tan sólo a un grupo sexual… 

Cada mujer, cada día, se ve obligada a enfrentarse a una serie de hechos que suceden en su entorno cotidiano debido más a una cuestión de cultura, de tradición y de falsas y por supuesto, erróneas creencias que a la propia realidad. 

¿Qué mujer no ha oído alguna vez en su vida palabras denigrantes del tipo “tú no puedes hacer eso” o “esas son cosas de hombres”? 



Y te desmotivas, te desmoralizas, e incluso hay mujeres que llegan a creérselo y a incorporarlo a su repertorio de pensamientos.. ¿Acaso una persona tiene el poder de juzgar de lo que son o no capaces las demás, así como de afirmar si alguien puede o no hacer determinadas tareas? Vamos, por favor, eso lo decidirá la propia persona, y lo mejor será intentándolo y demostrando que sí se puede, pero no prejuzgar en función de un sesgo social sin base ni fundamento. 

Es más, ¿cada cuál nace con una lista de tareas bajo el brazo sobre lo que Sí puede desarrollar y lo que NO? Pues no es que nazca con una lista de tareas bajo el brazo, es peor aún, es que según el sexo con el que biológicamente nazca, se verán limitadas unas capacidades y fomentadas otras… Espantoso ¿verdad? Pues nada más lejos de la realidad… Si soy mujer, tendré un grado de empatía desbordante y un enorme corazón, pero cuando necesite abrir un bote de garbanzos, no tendré capacidad para ello. Sin embargo, si soy hombre, podré abrir todos los botes de garbanzos que me plazca pero NUNCA JAMÁS NUNCA podré derramar una lágrima cuando sienta dolor…. ¿Les resulta aberrante? Pues es justo lo que sucedía antes del siglo XIX o incluso a principios de éste, en cualquier lugar del mundo; e incluso hoy día se mantienen resquicios de lo que hubo, sin tener en cuenta que hay países que todavía viven en la Edad Media como poco y que no sólo mantienen las creencias de la superioridad masculina, sino que incluso condenan hechos contrarios al mismo. 

Por suerte, gran parte del mundo se vio influenciado y afectado por los continuos movimientos feministas a favor de la inserción de la mujer en el mundo laboral y otros derechos que al parecer no nos merecemos... Y aunque no es tanta la igualdad real existente como la que se presume, gracias a todo ello, mejor dicho, a todas ellas, actualmente, es usual que la mujer tenga un trabajo fuera del hogar aunque no sea tan digno ni bien pagado como el del hombre. Lo que sí se ha demostrado es que nos encontramos TOTALMENTE CAPACITADAS para ejercer el puesto de trabajo con los mismos derechos y las mismas obligaciones que el resto de empleados. Y no sólo la mujer se encuentra capacitada para ocupar un puesto de trabajo, sino que además, está completamente implicada en adquirir la formación precisa para realizar una labor correcta dentro de ese cargo que le corresponde. A día de hoy, el porcentaje de 51,12% de la población universitaria a nivel mundial corresponde al género femenino (fuente: ABC univesidades). En cuanto al porcentaje de las mujeres que tienen un puesto de trabajo fijo fuera del hogar, es de 43,1% (Mª Eugenia Medina, directora de estadística poblacional). Datos bastante satisfactorios y favorables para la mujer, hace unos años, esto resultaba como poco impensable.

Por eso mismo, por todo lo que nuestras mujeres anteriores han peleado y luchado, las sucesoras tenemos la fortuna de aprovechar si lo deseamos todo lo andado y seguir haciéndonos de respetar. Así que impidamos que frases, comentarios, dichos populares o determinados gestos tan extendidos en nuestra sociedad y que nos resultan tan molestos y agresivos, mostremos nuestro descontento y desaprobación a los mismos, impidiendo que se lleven a cabo, al menos en nuestra presencia. 

MUJERES DEL MUNDO, SOMOS CAPACES DE TODO CUANTO NOS PROPONGAMOS. NO DEJEMOS DE LUCHAR NUNCA PORQUE SÍ SOMOS CAPACES Y SI LO CREEMOS ASÍ, POR MUCHO QUE EL MUNDO SE EMPEÑE EN LLEVARNOS LA CONTRARIA. 

Como regalo para el próximo día 8 de Marzo, esta nueva entrada de mi blog es para vosotras, para esas mujeres extraordinarias :) ¡FELIZ DÍA! Y también, para todos aquellos hombres que nos apoyan y nos acompañan en nuestra lucha continua.     



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